Relato #1: "No me resigno" (parte I)



Título: "NO ME RESIGNO"


¿Cómo había llegado a esa situación? se preguntaba, mientras permanecía de pie y en silencio en aquella cámara aún iluminada, gracias a los dioses, por las antorchas laterales. Ella no había elegido su vida y nunca se cuestionó nada; hija de sirvientes, vio normal serlo también ella en casa del faraón que, dentro de lo que cabía no era un trabajo tan horrible pues, disponía de ciertas comodidades. Pero lo que ella no esperaba es que el representante de los dioses en aquella basta tierra, muriera y se la reclamara para acompañarlo, también como sirvienta, en su próxima vida.

Y ahí estaba ella, en una cámara sellada rodeada de riquezas (el difunto previó que las necesitaría a donde quiera que fuese) y como no, con el dichoso sarcófago del fallecido. Llevaba varias horas de pie en la misma posición y había memorizado cada parte de aquella estancia, no era excesivamente grande pero estaba repleta de pequeños detalles. En el momento en que los guardias cerraron para siempre la entrada algo en ella se reveló en su interior pero mientras asimilaba su situación y ese pequeño cambio en ella, se dedicó a contemplar la sala. Pero ya había esperado suficiente tiempo, de repente, algo en su cabeza hizo click, era hora de hacer algo, en la situación en la que estaba no perdía nada, total, ya estaba sentenciada...

- ¿Qué opináis?- pregunta de pronto en voz alta.

De las dos muchachas que habían entrado con ella para el mismo propósito, o sea, pudrirse allí cumpliendo con su deber de sirvientas, una, estaba de pie con los ojos desorbitados y la otra sentada en el suelo sollozando con la cabeza apoyada en las rodillas. Desconocía sus nombres y no le importaban lo más mínimo para su maquinante cabeza, sólo eran meras piezas que podían servirle para escapar.

La muchacha que estaba de pie (calculaba era de su edad) gira lentamente la cabeza hacia ella, separa sus labios agrietados por la falta de agua y dice:

- ¿Perdona?

- Sí, quiero decir, ¿pensáis qué podemos salir de este sitio?

En ese momento la muchacha que estaba sentada en el suelo esperando la muerte empieza a reírse a carcajadas. "Genial, a una ya la ha abandonado la cordura" piensa, mientras poniendo los ojos en blanco se adelanta unos pasos para verla mejor.

- Vas a morir aquí abajo, ¡estúpida! - casi le escupe mientras vuelve a su estado de ansiedad, llanto y derrotismo.- Además, en el caso de que lográramos salir de aquí, nos matarían... así que, ¿para qué molestarnos? Si vamos a morir que sea donde nos encontramos.-añade para su sorpresa.
La otra chica vuelve la cabeza a su posición anterior y asiente levemente.

- Pero ¿Cómo podéis estar de acuerdo con esta situación? ¡Vamos a morir! es cierto, que tarde o temprano lo haremos pero no quiero hacerlo ni hoy, ni por este...este hombre, ya sea faraón o... ¡el mismísimo dios Ra!

Todo lo que obtiene por respuesta de estas dos cabezas pensantes es "no blasfemes". Visto lo visto, suspira sonoramente, no van a mover un dedo para salvar sus miserables vidas, y eso la cabrea. Se pone a andar por el lugar como un chacal encerrado bajo la mirada de las otras dos muchachas y se da cuenta de cuán agarrotadas tiene sus piernas tras horas en la misma posición. Pasea su mano por la pared de piedra arenisca al tiempo que va andando para encontrar algún pequeño resquicio, una piedra suelta o saber qué. Tras un rato demasiado largo para ella y no por el tiempo, sino por el desgaste que le supone andar, pensar y en fin, no haber bebido agua ni comido nada en horas (la sed es lo que más la atormenta) se sienta a los pies de la única estatua del lugar: una representación de Anubis,dios de los muertos.
Con la cabeza apoyada en la fresca piedra cierra los ojos y deja de pensar, se evade. Cree tener una visión en la que el propio Anubis le entrega el ankh, la "llave de la vida", no puede resultar más irónico que el dios de los muertos le inste a vivir. Finalmente abre los ojos, no sabe cuánto tiempo ha estado en ese extraño pero a la vez revelador trance, pero por cómo se ha consumido el fuego de las antorchas apuesta a que bastante, no oye a sus compañeras de reclusión y tampoco mira en su dirección, ahora su mente sólo la ocupa un pensamiento y lo va a llevar a cabo, antes de que la luz abandone el lugar y con ella la esperanza.

(Basado en un sueño)

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